lunes, 25 de enero de 2016

Descubren un mecanismo para evitar la pérdida de memoria en el alzhéimer y cómo la alimentación puede ayudar a los enfermos de alzheimer


Los investigadores han descubierto que en esta enfermedad la plasticidad sináptica está alterada por una proteína descrita como un supresor de tumores, que es la que entorpece la memoria.



Un equipo de investigadores del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto un mecanismo para evitar la pérdida de memoria en la enfermedad de alzhéimer, por medio de un estudio con modelos de ratón que permite orientar acerca de posibles vías de intervención terapéutica.

El trabajo, publicado en el último número de la revista 'Nature

Neurosciencie', ha sido dirigido por la doctora de la Fundación Vasca para la Ciencia Ikerbasque Shira Knafo, de la Unidad de Biofísica, perteneciente al CSIC y a la Universidad del País Vasco (UPV/EHU); José Antonio Esteban, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-Universidad Autónoma de Madrid); y César Venero, de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Según han informado en una nota de prensa Ikerbasque y la UPV/EHU, estos investigadores han desarrollado una herramienta con la que consiguen que ratones enfermos de alzhéimer conserven la memoria. Tal y como informan dichas entidades, así como CSIC en otro comunicado, las neuronas se comunican entre sí mediante conexiones sinápticas en las que se da el intercambio de información de una neurona a otra y que no son estáticas, sino que se modulan debido a la actividad o experiencia previa de las neuronas.

Este fenómeno se conoce como plasticidad sináptica, que es un mecanismo fundamental del aprendizaje y la memoria. Alteraciones en la plasticidad sináptica provocan dificultades en la formación de memorias, lo cual ocurre en el alzhéimer. Los investigadores citados han descubierto que en esta enfermedad la plasticidad sináptica está alterada por una proteína originalmente descrita como un supresor de tumores denominada PTEN, que es la que entorpece la memoria.

En 2010, el grupo de investigación del doctor Esteban, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa, descubrió que esa proteína está presente en las sinapsis y participa en su modulación fisiológica durante la plasticidad sináptica. El trabajo ahora publicado evidencia que este mecanismo se descontrola durante la enfermedad del alzhéimer, dificultando la memoria, al enviar uno de los agentes patológicos de la enfermedad, el beta-amiloide, la proteína PTEN hacia las sinapsis de forma excesiva.

Los investigadores han desarrollado una herramienta molecular que bloquea la llegada de PTEN a las sinapsis, con la que han conseguido que las neuronas sean resistentes al beta-amiloide y que los ratones enfermos de alzhéimer conserven la memoria.

Según las mismas fuentes, se trata de una investigación de ciencia básica con modelos animales, pero que contribuye a diseccionar los mecanismos que controlan las funciones cognitivas y orienta acerca de posibles vías de intervención terapéutica para enfermedades mentales en las que estos mecanismos son defectuosos.

Cómo la alimentación puede ayudar a los enfermos de Alzheimer


La vitamina D y el ácido decohexaenoico (DHA), del tipo omega-3, benefician a la capacidad del sistema inmunológico para limpiar las placas amiloides que se depositan en el cerebro de los pacientes con enfermedad de Alzheimer, según revela un estudio de un equipo de investigadores de la Universidad de California.
 
 
El trabajo, publicado en la revista Journal of Alzheimer Disease, se añadieron vitamina D y DHA en una serie de muestras de sangre tomadas de un grupo de personas afectadas de Alzhéimer en los que se habían aislado los macrófagos. Los macrófagos son un tipo de células del sistema inmune que se ocupan de `limpiar' los productos de deshecho en el cerebro y en otras partes del organismo.

Según Milan Fiala, uno de los investigadores:

Es necesario equilibrar cuidadosamente la administración de suplementos con vitamina D3 y omega-3 en función del paciente. Pero este es un primer paso para comprender en qué forma y en qué pacientes estas sustancias nutricionales pueden funcionar mejor.

Según un artículo publicado anteriormente en la revista especializada Neurology, ya see sugería que una dieta rica en pescado (con omega-3) y en vitaminas puede proteger al cerebro de la contracción asociada con la enfermedad del Alzheimer. En este caso, el estudio se realizó sobre personas de una edad de media de 87 años en las que contabilizaron los niveles de determinados nutrientes mediante análisis de sangre.

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