Hay una tendencia
tecnológica y laboral que, reconozcámoslo, lleva años atemorizándonos a todos:
la robotización.
Y es que la
mecanización de la sociedad hace que llevemos un tiempo empezando a asimilar
una tendencia más que evidente: hay trabajos que corren el riesgo de sustituir
a su personal humano por simples robots.
Y lo peor de todo
quizá no sea la mera sustitución, sino la eficiencia de la misma. Y es que, más
allá de nuestro lógico egoísmo como especie, parece sensato pensar que, para
ciertas tareas medianamente mecánicas, un robot parece diseñado para dar
mejores resultados que un ser humano. Y, si encima cuesta menos dinero, la
ecuación es más que evidente.
¿Personas por robots?
No, robots por personas

Sin embargo, dentro de este pánico generalizado y creciente, de vez en cuando nos encontramos con noticias que, como poco, consiguen calmarnos de cara a este futuro medianamente apoteósico en el que las personas empezamos a perder valor.
El paso adelante se ha
dado nada menos que en Mercedes Benz. Y es que, pese a que en la compañía
siempre fueron unos entusiastas de la automatización de ciertas labores, el
legendario fabricante de coches ha decidido sustituir a los robots por seres
humanos en ciertos procesos de su estrategia.
El cambio se hará en
los sucesivos procesos de la cadena de ensamblaje, un ámbito en el que gran
parte de los fabricantes mundiales hace tiempo que sustituyeron a las personas
por máquinas que hacían todo este trabajo de manera mecánica.
Pero, ¿por qué se ha
producido este cambio? ¿Por qué una de las compañías que más entusiasmo
demostró en esto de la robotización ahora decide cambiar de rumbo y volver a
confiar estas laborales a empleados humanos?
Según el jefe de
producción de la empresa, Markus Schaefer, se trata de una
cuestión de eficiencia: y es que la compañía entiende que los
robots de la cadena de ensamblaje no son capaces de atender los servicios de
'personalización' de cada automóvil.
Además, teniendo en
cuenta que este tipo de fabricantes suelen hacer cambios de producción de
manera más o menos frecuente, en este caso el trabajo de los empleados parece
ser bastante mejor que el de los robots: “Los robots no son capaces de
adaptarse al grado de individualización y las variantes de nuestros coches”,
asegura Schaefer.
Veremos si este es un
caso puntual o si, de algún modo, son más las empresas
que se animan a hacer este cambio. Por el momento, ya es una (pequeña) victoria
del ser humano sobre el robot.
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