martes, 29 de septiembre de 2015

La NASA halla indicios de que hay corrientes de agua salada en Marte


Rodrigo de Triana fue un marinero español de finales del siglo XV, acompañante de Cristóbal Colón en su primer viaje del descubrimiento de América. Según la historiografía, gritó ¡tierra! cuando avistó el que luego sería el Nuevo Mundo. Bueno, pues ahora ha sido la NASA quién ha gritado ¡agua! con otro nuevo mundo.
Os ofrezco dos posibilidades de lectura, una primera para los que “Marte está allá arriba” o “Marte para dummies” y otra versión que también es para todos los públicos pero ofrece mayor detalle, como la explicación que darían en un capítulo de “The Big Bang Theory”.
La primera nos dice, que sí, que han encontrado agua, no es como la de casa cuando abrimos el grifo, pero sigue siendo agua. No está líquida las 24 horas del día marciano, ya que depende de las condiciones, del ambiente y la fiesta … como Marte está más lejos del Sol que la tierra (para el que no lo sepa) las temperaturas son más bajas (hace frio, mucho frio) pero el agua logra llegar al estado líquido por la gran cantidad de sales que tiene, esto hace que sea un agua especial. Eso sí, todavía no saben cómo funciona el sistema de cañerías del planeta, todavía lo están estudiando, cuando es líquida y cuando no, pero están en ello, siguen estudiando mucho para cuando les llegue el examen y les pregunte el director de la NASA….
La segunda explicación, os la copio o resumo de algo encontrado por internet que me ha parecido lo más decente, porque parece mentira la cantidad de basura que te encuentras y dicen.
Que os aproveche...
Uno de los principales objetivos de la exploración planetaria de Marte es la búsqueda de condiciones de habitabilidad que permitieran la existencia de vida extraterrestre. Y la presencia de agua es una de las condiciones indispensables para la vida tal y como la conocemos. Por ese motivo, desde hace décadas los equipos de científicos que trabajan en este campo han ideado decenas de estrategias para detectar la presencia de agua en el planeta rojo tanto en el pasado, como hoy en día. Pero muy pocos trabajos han podido demostrar que existe agua fluyendo por la superficie de Marte.
Hace pocos meses, el vehículo marciano 'Curiosity' detectaba en el Cráter Gale los primeros indicios de agua líquida en las primeras capas de la superficie del planeta, resultados que se publicaron en un trabajo liderado por investigadores españoles. Pero en aquella ocasión no pudieron ver de forma directa las rocas de sal hidratadas de las que hablaba la investigación, ya que sólo ocurren por la noche y el rover no funciona a esas horas debido a las bajas temperaturas, que oscilan entre los 50 y los 80 grados bajo cero.
Ahora, otro trabajo liderado por investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia (EEUU) ha encontrado nuevas evidencias de la presencia de agua líquida fluyendo por la superficie de Marte en la actualidad. Pero no es tan sencillo como mirar por un telescopio y ver ríos o cataratas cayendo por las montañas marcianas. De la misma forma que en el trabajo publicado gracias al análisis ambiental realizado por 'Curiosity', los investigadores han encontrado sales hidratadas en unas misteriosas manchas de formas alargadas que aparecen en los taludes de la superficie marciana durante el verano del planeta rojo.
 
Los investigadores que trabajan analizando Marte llevan años preguntándose qué podría modelar esos extraños surcos que aparecen y desaparecen con el cambio de estación. Hasta ahora se preguntaban si serían flujos de arena o marcas de dióxido de carbono o quizá agua... El trabajo recién publicado por la revista Nature Geosciences y liderado por Lujendra Ojha, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra y la Atmósfera del Instituto de Tecnología de Georgia, zanja por fin el debate. En concreto, analizaron cuatro puntos del planeta en los que se producen este tipo de surcos, que los investigadores llaman RSL, por la siglas en inglés de Líneas recurrentes en pendiente: los cráteres Hale, Palikir,y Horowitz.
Según han podido demostrar los investigadores, se trata de sales -cloratos de magnesio y percloratos de magnesio y sodio- hidratadas por lo que los autores consideran agua líquida que circula por la superficie en la actualidad cuando la temperatura en el planeta es más favorable.
"Tiene que haber un ciclo del agua en Marte", sentencia a este diario el autor principal del estudio, Lujendra Ojha. "El problema es que aún no lo comprendemos", reconoce.
Las conclusiones apuntan en la misma dirección que el estudio realizado en el Cráter Gale, aunque, como señala Ojha, de una "forma menos teórica mediante el hallazgo de percloratos con rasgos de estar en presencia de agua líquida". Pero no se trata de un descubrimiento como se podría producir en la Tierra, de forma directa. Los investigadores llegaron a esta conclusión después de analizar la absorción espectral de esos materiales presentes en las misteriosas marcas presentes en las laderas inclinadas de Marte gracias a un instrumento -un espectrómetro- de la sonda Mars Reconnaissance de la NASA, que pudo reconocer estos percloratos y cloratos en el rango de los infrarrojos.
"La gran concentración de sales hace que este espeso líquido sea poco volátil y rebaja su punto de congelación en unos 80 grados, respecto al del agua pura, lo que permite que subsista en fase líquida aún en las extremas condiciones marcianas", asegura el astrónomo Rafael Bachiller, director del Observatorio Astronómico Nacional.
 
 
¿Pero de dónde viene ese agua?
"Todavía no está claro de dónde proviene ese agua y qué ciclo sigue. ¿Es agua que proviene de la atmósfera? ¿O de la primera capa bajo la superficie? ¿O quizá surge desde un acuífero?", se pregunta Ojha.
Para otros colegas, hay unas teorías que serían más plausibles que otras. "Marte podría estar geológicamente vivo y eso es muy importante para la vida", comenta el geólogo planetario del Instituto de Geociencias (IGEO) de la Universidad Complutense de Madrid y el CSIC Jesús Martínez Frías. "La actividad geológica modifica los ambientes desde un punto de vista físico y químico y eso puede determinar las condiciones para la habitabilidad", afirma Martínez Frías.
Aunque el estudio de Ojha y sus colegas demuestra la presencia de agua líquida -aunque sea de una forma efímera en cuanto a su duración en superficie-, un posible ambiente para la vida no tendría lugar en la superficie. La radiación ultravioleta que hay en Marte prácticamente destruiría cualquier tipo de materia orgánica conocida. Pero esa no es la única opción. De hecho, un estudio llevado a cabo por el equipo del propio investigador español Martínez Frías ya demostró que hace falta un espesor muy pequeño de algún material como el basalto, el yeso o la jarosita (todos ellos presentes en Marte) para proteger de la radiación a una posible bacteria candidata a habitar bajo la superficie del planeta rojo.
"Aunque Curiosity ya ha realizado algún orificio, sería necesario poder seguir horadando el suelo del planeta rojo para examinar el material bajo tierra, pues en el subsuelo del planeta las condiciones podrían ser mucho más idóneas que las superficiales para contener agua líquida", explica Bachiller.
Sin embargo, para tener la prueba irrefutable tanto de la presencia de ese posible flujo de agua bajo la superficie marciana como de una posible forma de vida en Marte haría falta prácticamente que los científicos puedan coger con sus propias manos esos materiales y perforar su superficie. "Y es algo que espero ver con mis propios ojos", dice Martínez Frías. "Es posible que en el año 2030 o 2035 se haga una misión tripulada a Marte..."
 

jueves, 24 de septiembre de 2015

¿Por qué el wifi me va tan lento y qué puedo hacer para arreglarlo?

Lo tenemos más que asumido: de forma inalámbrica nunca nos va a llegar la velocidad de internet contratada. Pero podemos mejorarla si evitamos ciertos obstáculos en la ruta invisible del wifi.
Cada vez conectamos menos dispositivos a la Red directamente, es decir, por cable Ethernet. Con suerte si tenemos un ordenador de sobremesa, alguna Smart TV que esté cerca del router o algún servicio de televisión que tengamos contratadado. Pero lo normal es que haya un porrón de teléfonos, tabletas y otros dispositivos conectados directamente al wifi.

Lo normal es que nuestro operador solamente asegure que llegue el 100% de la velocidad contratada si es a través de cable. Así, es lógico que si hay cinco o seis aparatos conectados al wifi, éste se resienta para no dejar colgado a ninguno.

Pero una cosa es repartir y otra es cuando va a paso de tortuga. Hay tres factores que pueden afectarle especialmente y trasteando un poco podemos mejorarlos.
Electrodomésticos y objetos que provocan interferencias
Es 'vox populi' pero no está de más recordarlo. Los microondas, frigoríficos y otros electrodomésticos pueden reducir la señal así que no coloquéis cerca el router o el ONT de la fibra óptica (el terminal de red óptica).
También hay pequeños dispositivos que pueden alterar la velocidad de internet, provocando picos incómodos tanto en la subida como en la bajada de datos. Hablamos de teclados, ratones y otros aparatos que se conectan via Bluetooth, que pueden hacer de las suyas con el wifi.
Saturación de canales
Los routers wifi y los dispositivos que se conectan a ellos pueden usar dos frecuencias: 2,4 Ghz y 5Ghz. La gran mayoría sigue utilizando la primera, que cuenta con once canales, mientras que la segunda tiene cuarenta.
¿Por qué es fundamental esto de los canales? La señal de wifi de cada usuario utiliza un canal. Si vivimos rodeados de distintas señales wifi es posible que muchas utilicen el mismo y este acabe saturándose.


 
Puedes comprobarlo con programas como Inssider (PC) o Wifi Explorer (Mac). Si ves que tu red ocupa muchos canales prueba a cambiarlo en la página de configuración de tu router que te proporcionó tu operador ¡Es muy sencillo y lo notarás!
Lo suyo sería poder usar la frecuencia de 5 Ghz con sus 40 canales, pero algunos dispositivos antiguos no lo soportan. Seguir usando los 2,4 Ghz es como usar la colapsada carretera convencional con una furgoneta con remolque en lugar de una autopista con un coche moderno.
El módem tiene mucho que ver
Coloca el módem en un lugar elevado y que pille a todos los que se conecten a una distancia media. Las distintas plantas de la casa, las ventanas y los muros también hacen mucho, aunque no es lo mismo un simple tabique que un muro de carga. Si hay alguna habitación que da al hueco del ascensor también puede verse afectada por una caída de la velocidad repentina.
Si tu espacio vital es muy grande quizás tengas que optar por comprar un módem con antenas más potentes, porque los que te ofrecen las compañías no siempre tienen la potencia necesaria para abarcar una casa demasiado grande. Así, si necesitas una buena velocidad un módem de mayor calidad no es un gasto, es una inversión.

Por qué estás cargando mal tu móvil y cómo deberías hacerlo

Tras protestar por la escasa duración de la batería, un reciente estudio de la llamada "Universidad de la Batería" desvela que la estamos cargando mal: lo ideal es no esperar a que llegue al 100% y enchufarla en intervalos cortos de tiempo.
 
El problema de los usuarios sigue siendo el mismo años después: el móvil es inteligente, pero las fuerzas no le acompañan. La duración de las baterías sigue dejando mucho que desear y, aunque el tamaño de la pantalla nos permite soñar con un futuro mejor, cargarla una vez cada varios días sigue siendo a día de hoy una utopía.
No obstante, la forma en que llenamos de combustible nuestros ‘smartphones’ tampoco ayuda. Alrededor de ellas hay muchas leyendas urbanas pero, por suerte, la Universidad de la Batería (sí, existe) arroja algo de luz sobre cómo debemos tratar este componente esencial de nuestros móviles.
Este grupo de investigación de la compañía Cadex deja claras, para empezar, dos cosas: ni es malo cargar el móvil en pequeños intervalos, ni es necesario esperar a que el móvil esté a punto de apagarse para enchufarlo.
Según afirman, estos componentes también sufren estrés y, al igual que nos sucede a los seres humanos, demasiado estrés podría llegar a acortar su esperanza de vida.
De esta forma, la actividad prolongada puede terminar por hacer que la batería empiece a dar síntomas de que algo no marcha bien y se agote antes de tiempo. Para intentar sacarle todo el partido posible, lo mejor es cambiar algunos hábitos a la hora de cargarla.
Para empezar, lo mejor será que no vuelvas a dejar enchufado el móvil cuando la batería llegue al 100% de su capacidad. A partir de ese instante, se irá cargando en pequeñas oleadas para mantener ese porcentaje mientras permanece encendido, lo que generará esa llamada situación de estrés que dañará, a la larga, el funcionamiento químico de la batería de ion-litio.
De hecho, el estudio llevado a cabo por la Universidad de la Batería establece un símil con el que resulta realmente sencillo (más allá de explicaciones científicas) comprender qué hay que hacer: “Cuando esté completamente cargada, retírala. Es como la relajación de los músculos después de hacer ejercicio”, explican.
 
No solo se recomienda no dejar el móvil enchufado cuando su batería alcanza el 100%, sino que también apuntan a que lo ideal sería que el móvil no llegara nunca hasta ese porcentaje. El motivo es, una vez más, el estrés. Una alta tensión provocará estrés y mermará la vida de la batería a largo plazo.
Este consejo parece ir contra el sentido común: si no alcanza nunca el 100%, lo más probable es que haya que cargar el móvil varias veces al día y eso, en principio, sería lo que todo usuario quiere evitar.
Sin embargo, es lo mejor para el teléfono, al que le vienen mejor pequeñas sesiones de carga. En concreto, según el estudio, lo idóneo sería cargarlo cada vez que pierde un 10% de batería. Obviamente, esto es poco práctico, pero aun así sigue siendo mejor hacer cargas cortas que una larga que llegue a colmar de energía (y dañar) la batería.
A partir de aquí, solo será necesario tener en cuenta que lo mejor es mimar las tripas de nuestro móvil para que dure algo más de tiempo. Al menos, mientras descubren la forma de cargarlo solo una vez cada varios días, como antaño.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Conducir debería estar prohibido


Con los coches autónomos circulando por las calles de algunas ciudades, hay quien ya plantea tomar medidas para acabar con los accidentes de tráfico. La primera de ellas, prohibir a los humanos que se pongan al volante.
 
No hace tanto que tachábamos de chiflado a quien se atrevía a vaticinar que, más pronto que tarde, podríamos desplazarnos en coche de un lugar a otro sin pisar el acelerador, el freno, guiar la dirección del vehículo con el volante o cambiar de marchas. A día de hoy, esta tecnología es ya una realidad y los coches autónomos cada vez cobran mayor protagonismo.
Los vehículos sin piloto de Google han completado ya cuarenta vueltas al mundo, recorriendo más dos millones de kilómetros por carreteras por las que transitan todo tipo de automóviles, y funcionan.
 
¿Han sufrido algún percance? Sí, por supuesto, pero ninguno ha sido culpa suya. En todos los accidentes en los que se han visto implicados estos coches el responsable ha sido otro vehículo pilotado por algún humano. Solo en el más reciente ha habido algunos heridos. De hecho, según las estadísticas, el descuido de los pilotos es el responsable del 94% de los accidentes que tienen lugar a lo largo y ancho del planeta.
Durante el pasado año, más de 275.000 personas perdieron la vida en las carreteras de China, 238.000 en la India y 33.000 en los accidentes de tráfico que tuvieron lugar en Estados Unidos. En España, aunque las cifras son alentadoras respecto a lo ocurrido en 2014, han fallecido 727 personas entre enero y septiembre de este 2015. Todas ellas víctimas de siniestros que, de una u otra forma, se podrían haber evitado.

 
Con todos estos datos sobre la mesa, hay ya quien aboga por prohibir a los humanos que se pongan al volante, planteando dejar en manos de la tecnología nuestros desplazamientos cotidianos. Es el caso de Elon Musk, CEO de la firma Tesla, que ya lo afirma sin tapujos: “En el futuro imagino que las personas tendrán prohibido conducir, porque es demasiado peligroso”.
Pese a que, con el paso de los años, los fabricantes han aumentado notablemente la seguridad de sus coches, todavía no han descubierto cómo reducir al máximo el margen de error humano para minimizar el número de accidentes de tráfico. Han mejorado la fiabilidad de los cinturones, han incluido más airbags para proteger a todos los pasajeros del vehículo, han incorporado sistemas de control de la estabilidad, pero ninguna de estas medidas ha servido para concienciar a los pilotos de la necesidad de prestar más atención mientras conducen.
En tanto que un robot jamás cometería un error en algo tan básico como conducir algo adormilado, el 64% de los conductores en Estados Unidos reconocen que al menos una vez al mes se ponen al volante en lugar de dar una cabezada que necesitan. Así, se reduce su capacidad de reacción ante una circunstancia inesperada y las posibilidades de accidente aumentan.
Pero, ¿no será una decisión un tanto precipitada prohibir a los humanos conducir y dejar los transportes en coche en manos de la tecnología? Más allá de la probada eficacia en la conducción de los coches autónomos, que además mejoran día a día su capacidad alimentándose de las experiencias de todos sus compañeros ya que todos están conectados, son muchas las dudas que surgen a la hora de desechar por completo los coches manuales.
 
Por un lado, pese al riesgo que existe, son muchos los que disfrutan al volante y que no estarían dispuestos a dejar que un robot les privase de la experiencia de conducir. Además, aún quedan muchos aspectos que limar. Por ejemplo, en caso de que el coche autónomo cometa una infracción, ¿sería el propietario del mismo el que debería responder? ¿Por qué, si la culpa ha sido del robot? En este sentido, algunas aseguradoras ya se han puesto manos a la obra para tratar de resolver cuestiones de este tipo y ofrecer seguros acordes al nuevo escenario que se avecina.
Algunos afirman que en 2050 los coches autonómos se habrán convertido en los dueños del asfalto de las grandes ciudades del mundo. ¿Estaremos preparados para esta revolución?

jueves, 17 de septiembre de 2015

Un español, primer trasplantado con unas costillas hechas con una impresora 3D

ya comenté hace mucho tiempo que las impresoras 3D, están siendo una auténtica revolución en casi todos los campos. Esta vez, toca a la medicina.
La impresión en 3D está siendo una de las mayores revoluciones de los últimos tiempos. Hemos visto impresiones de todo tipo de objetos, pero sin duda la que está aprovechando esta nueva técnica es la medicina.
Este es el caso de un paciente español que padecía un sarcoma. Este tipo de cáncer se le extendió por el esternón y las costillas. Un equipo de la Universidad de Salamanca consiguió extraérselo eliminando, además del tumor, parte del esqueleto. Hasta ahora esto se suplía con una placa de titanio que fortalecía el lugar, pero esta vez le implantaron un esternón y unas costillas obtenidas con una impresora tridimensional.
Desde el hospital contactaron con la empresa australiana Anatomics que, en colaboración con CSIRO, desarrollaron las prótesis de esternón y costillas que le fueron trasplantadas con éxito. La labor de los médicos españoles, además de la intervención quirúrgica, fue la de recrear un modelo 3D del pecho del paciente y la cantidad de pared que había que reemplazar para que la empresa australiana creara el implante a idéntico al original. Desde CSIRO informaron que "la ventaja de la impresión 3D es su rápida creación de prototipos" que puede ser decisivo para "salvar vidas" en casos de operaciones urgentes.
El propio cirujano, José Aranda, aseguró que el éxito del trasplante se debe al hecho de haber sido capaces de "crear una parte del cuerpo totalmente personalizada, que quedó como un guante".
 
 
Otros casos de trasplantes con 3D
En los últimos meses hemos visto otros casos de asombrosos implantes que gracias a estas impresoras auguran un esperanzador futuro a otros pacientes.
En mayo de este mismo año conocimos que unos estudiantes de la Universidad de Connecticut lograron desarrollar dos prototipos de un riñón artificial. Esto podría suponer una inmejorable alternativa a la diálisis y un futuro mejor en caso de ser trasplantados. De momento sólo pudieron crear la cáscara del riñón, porque el nivel de impresión en 3D actual no es lo suficientemente preciso como para imprimir una estructura en la que pueda filtrarse la sangre.
Un mes después, cirujanos chinos consiguieron trasplantar a una niña de 3 años con hidrocefalia un cráneo de titanio obtenido mediante una impresora 3D. La operación consiguió reducir el tamaño de la cabeza que pesaba unos 20 kilos.
Este agosto fue noticia un niño francés de 6 años que nació sin la mano derecha y que gracias a esta tecnología se convirtió en la primera persona de ese país en utilizar una prótesis biónica desarrollada con este tipo de impresoras y que costó entre 50 y 200 euros.

Llegan las nuevas baterías para coches eléctricos: más del doble de autonomía

La electromovilidad podría dar un salto revolucionario en cuanto a autonomía en apenas cinco años gracias a una nueva tecnología de baterías para coches eléctricos. El salto innovador de tales baterías reside en el hecho de que están constituidas por ánodos de litio puro.
 
Hasta ahora, el objetivo había sido duplicar la densidad energética de las baterías y reducir los costes a la mitad a finales de esta década, pero las nuevas células de estado sólido duplicarían más del doble la densidad energética para el año 2020, también reduciendo los costes de producción. Un coche eléctrico comparable que tenga actualmente una autonomía de 150 kilómetros, sería capaz de recorrer más de 300 sin recargar y a un coste más bajo.
Para que este avance se haga realidad, Bosch ha adquirido la start-up norteamericana Seeo Inc. Tal y como ha señalado Volkmar Denner, presindente del Consejo de Administración de Robert Bosch GmbH:
Las células de estado sólido pueden ser una tecnología rompedora. La incipiente tecnología se está encontrando con los amplios conocimientos en sistemas y los recursos financieros de una empresa multinacional.
Ánodo de litio puro

El rendimiento de un dispositivo de almacenamiento de energía se puede mejorar a través de diversos métodos. Por ejemplo, en la química celular, el material con el que se fabrican los polos positivo y negativo (cátodo y ánodo) juega un papel importante.
 
En las actuales baterías de iones de litio, una de las razones por las que la capacidad de energía es limitada se debe a que el ánodo está fabricado con un alto porcentaje de grafito. Utilizando la tecnología de estado sólido, Bosch puede fabricar el ánodo de litio puro, lo que aumenta considerablemente la capacidad de almacenamiento. Además, las nuevas células funcionan sin líquido iónico, lo que significa que no son inflamables.
 
Según ha apuntado Yi Cui, profesor de Ciencias de los Materiales e Ingeniería:
De todos los materiales que alguien pudiese usar en un ánodo, el litio tiene tiene el mayor potencial. Algunos lo llaman el Santo Grial, dado que es muy ligero y tiene la más alta densidad de energía.
Para el año 2025 se prevé que aproximadamente el 15% de todos los coches nuevos construidos en el mundo incorporarán, al menos, un sistema de propulsión híbrido. En Europa, más de un tercio de todos los coches nuevos serán accionados eléctricamente.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Lo que el estrés le hace a tu cuerpo

 

Asúmelo: hoy en día, si no tienes estrés, no eres nadie. Se estima que un tercio de los estadounidenses tienen estrés crónico y que casi la mitad consideran que su nivel estrés ha aumentado durante los últimos cinco años. En España, hasta tres de cada cuatro personas reconocen tener estrés a causa de la crisis.

El estrés está de moda y, además, combina con todo. De hecho, se podría decir que no hay nada más democrático que el estrés. Seas CEO o becario, profesor o alumno, elector o presidente, nuestro protagonista de hoy no discrimina. Pero realmente ¿Qué nos hace el estrés? ¿Cómo nos lo hace? ¿Deberíamos tomárnoslo más en serio o es una excusa más para vendernos la pastillita de turno?

¿Qué es el estrés?

Hemos usado y abusado tanto de esa palabra que la respuesta es sencilla y compleja a la vez. En realidad, hay muchos tipos de estrés:
fisiológico, mecánico, gastronómico. Pero todos pueden definirse una forma similar como "las condiciones en que una demanda ambiental excede la capacidad de regulación natural de un organismo", máquina o sistema (Koolhaas, 2011).

Toda máquina tiene unas condiciones óptimas de uso y conservación. Si las forzamos, en algún momento, la máquina irá perdiendo eficiencia e, inevitablemente, acabará por romperse.

Hoy hablaremos fundamentalmente del 'estrés psicológico' que es al que nos referimos cuando hablamos de estrés en la vida diaria. Y, además, es el que hace que el problema sea un poco más complejo porque cuando hablamos de psicología ya no importa que las 'condiciones ambientales' sean objetivamente estresantes, basta con que alguien lo crea.

¿Cómo funciona (nuestra respuesta) el estrés?

Si lo pensamos un segundo, nuestros mecanismos de respuesta al estrés son de lo bueno lo mejor y de lo mejor lo superior. Cuando percibimos (o creemos percibir) algún estímulo que nos amenaza de alguna forma, nuestro cuerpo se prepara, ¡él sólo!, para lo que llamamos "una reacción de lucha o huida". Ante un peligro no tenemos que pensar y planificar nuestro siguiente paso, sino que la respuesta natural es clara: correr o liarse a guantazos. Eso es una
ventaja evolutiva brutal sin la cual nuestro abuelo paleolítico habría pasado largas temporadas en el estómago de leones, hienas y jaguares. Todo muy zen.

El funcionamiento es relativamente sencillo: el sistema nervioso autónomo es el encargado de todas las cosas involuntarias del cuerpo como la respiración, los parpadeos o los latidos del corazón. Está compuesto por los dos grandes archienemigos: el sistema nervioso simpático, encargado de la activación y el movimiento, y el sistema nervioso parasimpático, encargado del reposo y el descanso.

Ante un estímulo percibido como peligroso, nuestro sistema nervioso simpático se dispara; él nos prepara para la acción: dilata las pupilas y los bronquios, acelera el corazón; aumenta la secreción de las catecolaminas - como la adrenalina o la noradrenalina - que nos acaloran y nos dan energía y de glucocorticoides - como el cortisol - que nos elevan el nivel de azúcar en sangre y tienen efectos antiinflamatorios.

Como es esperable, la respuesta al estrés es generalmente transitoria y tras la fiesta del simpático, viene el sistema nervioso parasimpático a limpiar, fregar y dejarlo todo recogido. Y menos mal porque los "efectos secundarios" de la respuesta al estrés (la inmunosupresión, la inhibición del crecimiento o el aumento de catabolismo) son perjudiciales a largo plazo y pueden ocasionar desde úlceras a trastornos cardiovasculares.

Lo que el estrés le hace a nuestro cuerpo...

Tras la segunda toma de posesión de Obama,
muchos medios se dieron cuenta de que el presidente había envejecido en esos cuatro años mucho más de lo razonable. Aunque el Tea Party nunca se puso de acuerdo en si esto era debido a su radicalismo comunista o a su integrismo islámico, os puedo confirmar que no es un hecho aislado y afecta tanto a demócratas como a republicanos en lo que algunos ya llaman la 'Maldición de la Casa Blanca'.

Aunque estas fotos son muy llamativas, no todos (por fortuna) somos presidentes de los Estados Unidos de América. La verdad es que el estrés agudo (la experiencia ocasional de estrés) no suele provocar problemas permanentes de salud. Más allá de dolores musculares (mandíbula, cuello, espalda) y de cabeza o problemas gastrointestinales, un poco de estrés no hace mal a (casi) nadie.

Los problemas vienen conforme el estrés gana espacio y tiempo en nuestras vidas. En la medida en que el estrés se hace crónico, otras enfermedades se hacen más probables a medio y largo plazo: dolores crónicos de cabeza, migrañas,
diabetes, hipertensión, obesidad y problemas cardiovasculares están a la orden del día.
...y lo que le hace a nuestro cerebro.

Una de las grandes preocupaciones en cuanto al estrés es por sus consecuencias psicológicas, conductuales y neurológicas. Los problemas relacionados con la 'salud física' tienen aparentemente una solución sencilla y controlable: deporte, autocuidado personal y una dieta sana y equilibrada. Siempre podemos apuntarnos a un gimnasio.

En cambio, la salud psicológica suele parecer más complicada. El estrés genera ansiedad y enojo, agitación, mal carácter, irritabilidad y tensión constantes. Por eso sus efectos son especialmente importantes en nuestras facetas sociales y personales (Crockett, 2007).

Además, interfiere con algunas 'funciones cognitivas superiores'. Dificulta el aprendizaje y la memoria, provoca (o puede provocar) serios problemas de sueño y aunque mejora nuestra capacidad de trabajo, reduce nuestra creatividad ( Nguyen y Zeng, 2007).

Aunque el mayor problema no está en los párrafos anteriores. El mayor problema es que el estrés se presenta en nuestras vidas de forma sutil e inadvertida hasta que nos tiene agarrados. A esto lo llamamos '
la trampa del estrés'. Nos acostumbramos a él de tal forma que todo nuestro entorno, nuestro cuerpo y nuestro cerebro lo necesitan. Si tener mucho estrés es estar cansados de forma permanente e inespecífica, cuando caemos en su trampa dejamos de poder descansar: perdonen el exceso literario, pero nos volvemos adictos al estrés de la misma forma en que somos adictos a nosotros mismos. El estrés pasa a ser un parte indistinguible de nuestra forma de ser.

La buena noticia es que, salvo en casos de estrés postraumático, los efectos psicológicos del estrés se puede solucionar con un cambio en los hábitos de vida. No es sencillo porque cambiar siempre es difícil, pero es posible. 

Lo que no está claro si nos hace...

Algunas investigaciones apuntan a la posibilidad de que, para entendernos, el estrés pueda cambiar el ADN. Robert Lefkowitz, premio Nobel de química en 2012, decía
al Daily Mail que los trabajos de su equipo de investigación podrían "dar una explicación plausible de cómo el estrés crónico puede conducir a una variedad de condiciones y trastornos humanos, que van desde meramente cosmética, como el pelo canoso, con trastornos potencialmente mortales, como tumores malignos".

Podría, cierto. Pero, en estas cosas, es mejor andarse con prudencia. Primero porque estos estudios están en pañales y segundo porque investigaciones tanto o más interesantes no han sido capaces de encontrar relación ni entre las canas y el estrés ni entre el estrés y el cáncer - por hablar solo de las dos posibilidades de las que hablaba Lefkowitz en la entrevista

... y lo que no nos hace de ninguna manera.


Está claro que el estrés tiene un efecto en nuestro cuerpo. De hecho, ese efecto se puede medir. Lo llamamos 'carga alostática' y básicamente son seis indicadores con los que podemos cuantificar aproximadamente lo que le ha costado a cada persona adaptarse a las situaciones de su vida. Si las situaciones han sido estresantes, el costo es mayor y el desgaste del organismo también.

Esos seis indicadores son 1) la presión arterial, 2) la relación cintura/cadera o el
perímetro abdominal, 3) los niveles de cortisol, 4) los niveles de colesterol, 5) el nivel de glucosa en sangre y 6) los niveles de catecolaminas.

Como digo, esto nos permite evaluar el desgaste del organismo y, por extensión, la propensión teórica a sufrir determinadas enfermedades. O sea, en el fondo, el estrés nos da más boletos en una lotería que es mejor no ganar.
 
Todo lo demás es literatura. Todos esos artículos alertándonos de que muchas cosas (desde el estrés a Tinder) tienen efectos en el cerebro se mueven entre lo trivial ("todo altera el cerebro")** y lo sensacionalista** ("¿Es que nadie va a empezar en los niños?"). Un consejo: no lean artículos con un título tipo "Lo que el estrés le hace a tu cuerpo".

¿Qué hacemos con el estrés?
 
 
Decía al principio que lo más interesante del 'estrés psicológico' es que lo importante no es tanto si la situación es estresante como el hecho de que pensamos que lo es.
 
A riesgo de sonar muy estoico, la única forma de hacer algo con el estrés es aprendiendo a diferenciar lo que merece una reacción de lucha-o-huída y lo que no. Hay muchas técnicas con respaldo científico para hacerlo, pero el corazón de la alcachofa es ese.
 
Suelo decir que el estrés es como una cuerda de guitarra. Si está demasiado suelta no sonará bien (o no sonará en absoluto), si está demasiado tensa puede romperse. La cuestión no es aporrear las cuerdas sin ton ni son, ni tener los mejores diapasones, metrónomos o afinadores. La cuestión es ir aprendiendo poco a poco, a fuerza de práctica y responsabilidad, cuando estamos afinados.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

Proyectos de nanotecnología para conseguir agua potable para todo el mundo

El acceso universal al agua potable podría cambiar el mundo para siempre. El problema es que la mayoría del agua de la Tierra es salada y solo un pequeño porcentaje de la no salada resulta potable. Estamos hablando de menos del 1% de toda el agua del mundo.
Desalinizar y potabilizar el agua todavía es caro, pero el escenario podría cambiar drásticamente gracias a la tecnología. Por ejemplo, en 2009 salió a la luz Lifesaver, un filtrador de agua con bombeo manual y portátil que, mediante nanotecnología, criba en pocos segundos bacterias, virus, parásitos, hongos y otros patógenos transmitidos por el agua.
Además, un filtro de Lifesaver dura lo suficiente como para producir 6.000 litros de agua. Y el sistema se clausura en cuando se agota para evitar que el usuario pueda beber agua contaminada. Es un buen invento para casos de emergencia o para hacer una excursión, pero no para salvar al mundo.
No obstante, todo depende de la magnitud y el dinero invertido. Según su creador, un ingeniero inglés llamado Michael Pritchard, un bidón que use el filtro Livesaver puede producir 25.000 litros de agua, y hacerlo funcionar cuesta solo medio centavo al día. Invirtiendo 8.000 millones de dólares, se ofrecería agua potable a la mitad de las personas del mundo sin acceso a la misma. Por 20.000 millones, todo el mundo tendría acceso al agua potable.
Otros avances nanotecnológicos
 
La inversión en la industria nanotecnológica no deja de crecer, estamos entrando en la era de la fabricación molecular, y actualmente ya hay nanomateriales capaces de capturar fácilmente metales pesados, entre otros contaminantes, del agua.
Un nanofiltro también ha sido desarrollado por investigadores de IBM y la compañía Central Glass, con sede en Tokyo, y éste es capaz de eliminar del agua tanto la sal como el arsénico, algo que era imposible hasta hace poco.
Peter H. Diamandis aborda más proyectos en marcha en su libro “Abundancia”:
En el frente de la higiene, actualmente los sanitarios se están fabricando con nanomateriales que se limpian a sí mismos y que desatascan y eliminan la corrosión: mientras que las cañerías de cierre automático, basadas en nanomateriales y que reparan las fugas de manera autónoma, están mucho menos desarrolladas.
Otra idea aún más de ciencia ficción (de hecho recuerda a la novela Dune, de Frank Herbert), es la que desarrollan los investigadores de DIME Materiales Hidrofóbicos, una empresa con sede en los Emiratos Árabes:
 
Han desarrollado una arena hidrofóbica basada en la nanotecnología. con un grosor de diez centímetros, situada debajo de la capa superficial del desierto, desciende la pérdida de agua en un 75 por ciento. En Oriente Medio, donde el 85 por ciento de toda el agua se usa para regar, este sistema puede emplearse tanto en los cultivos como en combatir la desertificación.