La impresión en 3D está siendo una
de las mayores revoluciones de los últimos tiempos. Hemos visto impresiones de
todo tipo de objetos, pero sin duda la que está aprovechando esta nueva técnica
es la medicina.
Este es el caso de un paciente español que
padecía un sarcoma. Este tipo de cáncer se le extendió por el esternón y
las costillas. Un equipo de la Universidad de Salamanca consiguió
extraérselo eliminando, además del tumor, parte del esqueleto. Hasta ahora esto
se suplía con una placa de titanio que fortalecía el lugar, pero esta vez le
implantaron un esternón y unas costillas obtenidas con una impresora
tridimensional.
Desde el hospital contactaron con la
empresa australiana Anatomics que, en colaboración con CSIRO,
desarrollaron las prótesis de esternón y costillas que le fueron trasplantadas
con éxito. La labor de los médicos españoles, además de la intervención
quirúrgica, fue la de recrear un modelo 3D del pecho del paciente y la cantidad
de pared que había que reemplazar para que la empresa australiana creara el implante
a idéntico al original. Desde CSIRO informaron que "la ventaja de la
impresión 3D es su rápida creación de prototipos" que puede ser
decisivo para "salvar vidas" en casos de operaciones urgentes.
El propio cirujano, José Aranda,
aseguró que el éxito del trasplante se debe al hecho de haber sido capaces de
"crear una parte del cuerpo totalmente personalizada, que quedó como un
guante".
Otros casos de trasplantes con 3D
En los últimos meses hemos visto otros
casos de asombrosos implantes que gracias a estas impresoras auguran un
esperanzador futuro a otros pacientes.
En mayo de este mismo año conocimos que
unos estudiantes de la Universidad de Connecticut lograron desarrollar dos
prototipos de un riñón artificial. Esto podría suponer una inmejorable
alternativa a la diálisis y un futuro mejor en caso de ser trasplantados. De
momento sólo pudieron crear la cáscara del riñón, porque el nivel de impresión
en 3D actual no es lo suficientemente preciso como para imprimir una estructura
en la que pueda filtrarse la sangre.
Un mes después, cirujanos chinos
consiguieron trasplantar a una niña de 3 años con hidrocefalia un cráneo de
titanio obtenido mediante una impresora 3D. La operación consiguió reducir
el tamaño de la cabeza que pesaba unos 20 kilos.
Este agosto fue noticia un niño francés de 6 años que
nació sin la mano derecha y que gracias a esta tecnología se convirtió en la
primera persona de ese país en utilizar una prótesis biónica
desarrollada con este tipo de impresoras y que costó entre 50 y 200 euros.
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