Creo que es muy interesante replicar este reportaje, haceros pensar un poquito y que podéis sacar vuestras propias conclusiones... pero lo verdaderamente penoso es que la gran mayoría, a pesar de saber lo que sabemos y de estar todo lo informado que necesitamos estar, vamos a seguir haciendo lo mismo sabiendo de antemano y conscientemente de nuestra equivocación y error. Siempre he dicho que tenemos lo que nos merecemos... como sociedad. ¡Que aproveche!
Leche, alimentos infantiles,
yogures, huevos, galletas, raciones de pollo y pavo y hasta aceitunas o palitos
de pescado. Todos ellos, alimentos que en alguna de sus versiones se anuncian
como enriquecidos en omega-3 pero que, según un estudio publicado ayer en la
prestigiosa revista médica JAMA,
no servirían para nada.
La publicación se centra en los suplementos de omega-3 que miles
de personas consumen diariamente para, según creen ellos, prevenir el deterioro
cognitivo y cardiovascular. Sin embargo, según este trabajo y otros publicados anteriormente,
este hábito sería en vano, ya que no produciría ningún efecto importante.
Ahora, un grupo de investigadores ha seguido durante cinco años a
4.000 personas con una media de 72 años
de edad a los que les han dado, o bien placebo, o bien un suplemento de
omega-3. El resultado es que estas pastillas «no mostraron efectos
significativos en la función cognitiva» de quienes los tomaron respecto a
quienes no lo hicieron.
Aunque existen estudios que indican que las dietas altas en
omega-3 tienen un efecto protector en la función cognitiva, y se ha visto que
algunos pacientes con Alzheimer presentan unos niveles bajos en uno de los
componentes del omega-3, -el ácido docosahexaenoico (DHA), una parte esencial
de las neuronas-, lo cierto es que este efecto protector que sí se ve en la
alimentación no se observa cuando el omega-3 se obtiene a través de
suplementos.Según explica a EL MUNDO Aitor Sánchez, nutricionaista miembro de la
iniciativa Dietética Sin Patrocinadores y autor del blog midietacojea.com, lo
que hace este estudio es «confirmar una cosa que ya sabíamos, y que ha pasado también con otros
suplementos, como los de calcio, los de fibra, o los
antioxidantes». Tal y como explica este experto, el hecho de que un patrón
dietético tenga unos beneficios no significa que éstos también se vayan a dar
si tomas un suplemento. «No es lo mismo tener una dieta rica en omega-3 a
través del pescado que tomarte el suplemento, porque te falta la materia
prima», indica Sánchez. Además, existen otros patrones que son difíciles de
cuantificar pero que a nivel epidemiológico se sabe que se cumplen, como que
las personas que comen más pescado también suelen tomar más verdura, o «que
quienes siguen una dieta sana también hacen más ejercicio o están más activos
intelectualmente», cuenta Gurutz Linazasoro, director científico de
CITA-Alzheimer y miembro de la Sociedad Española de Neurología.En definitiva,
con este estudio, explica Francisco Pérez, jefe de servicio de Medicina Interna
del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, «queda claro que la adición
al omega- 3 [a nivel de suplementos] no mejora el deterioro cognitivo».
Lo ideal es seguir una
dieta saludable
Lo que resaltan todos los expertos consultados por este
periódico es que, en vez de tomar suplementos, lo que hay que hacer es comer
bien. «Lo que verdaderamente está evidenciado es que una dieta saludable evita
caer en ciertos patrones de enfermedades», explica Sánchez, quien argumenta que
«no es lo mismo consumir omega-3 a través de la dieta que a través de una
pastilla, el suplemento siempre sale perdiendo en esta comparación». Linazasoro
explica que «si una persona come de todo no
necesitará ningún suplemento».
Aunque se sabe que estos suplementos no tienen efectos positivos
demostrados, tampoco se ha documentado que
provoquen ningún daño. No obstante, Sánchez sí que
les encuentra un problema, y es que «la persona piense que a través de ellos
está supliendo una dieta saludable».
La
presión de la industria
Además de esto, es importante tener en cuenta a la industria.
Porque la realidad es que, a pesar de que estos suplementos no tienen
demostrada su eficacia, lo cierto es que son muy consumidos. «El problema es
que seguir una dieta saludable no da dinero a nadie, mientras que hay gente que
gana muchísimo dinero no sólo con los suplementos, sino con los alimentos enriquecidos»,
dice Sánchez. Para el nutricionista, la cuestión se centra en que «interesa muy
poco a la industria que la Sanidad española tenga una perspectiva de promoción
de la salud».
Al margen de polémicas, la conclusión de los expertos
es que lo necesario no son los suplementos, sino alimentarnos bien. Y si
queremos beneficiarnos específicamente de las bondades del omega-3, el camino
más lógico es comer pescado azul: sardina, boquerón, atún, y salmón.